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domingo, 9 de enero de 2011

ESTRES EN LA MUJER

Constantemente se nos advierte de los peligros potenciales del estrés. Somos conscientes de que existe y de que se trata de algo serio, pero no lo conocemos bastante. El conocimiento que tenemos del estrés es insuficiente porque normalmente está centrado en los hombres y en sus actividades. Pero no olvidemos que las mujeres viven en el mismo mundo que los hombres presentando una respuesta del sistema nervioso a los acontecimientos o a las situaciones que perciben como amenazas. También ellas han de soportar los miedos, frustraciones, necesidades, preocupaciones, tensiones laborales, y desengaños amorosos.

También a ellas les preocupan los hijos, la familia, la crisis económica y les desconcierta el presente y el futuro. Han de relacionarse con un jefe, compañeros de trabajo, esposo, familia, clientes, vecindario, etc.
Trastornos que no son específicos de la mujer, pero que les afectan con mayor frecuencia que a los hombres, están los siguientes: Anorexia, Bulimia, Neurosis de ansiedad, Psicosis depresiva.
Debido al estrés, las mujeres pierden a veces el interés por la comida, por las relaciones sexuales o por los amigos, exactamente igual que los hombres.
Pero además, las mujeres experimentan algunas formas de estrés que les son totalmente propias.
El síndrome de la “mujer maravilla”
Una mujer “espectacular”, que trata de hacer todo bien y no siempre lo logra. Se encuentra diariamente al borde de un ataque de nervios o a punto de morir en el intento de hacerlo todo. El nuevo papel que desempeña exige mucho. “Tener la belleza de miss universo, la energía de un gladiador, y la inteligencia de Einstein, para afrontar las múltiples ocupaciones y problemas del diario vivir. Esto implica una alta generación de estrés.
Por lo general es perfeccionista, por lo que será la empleada perfecta, sin dejar por ello de ser una mujer hermosa, una buena hija, una buena esposa, una buena madre y una buena amiga. La suma de los diferentes roles descritos trae aparejado este nuevo fenómeno en la mujer, que hasta no hace mucho, sólo se creía masculino. La mujer tratando de cumplir a la perfección todos los roles y que intenta ser la mujer maravilla sufre más estrés que el hombre.
Las estrategias para combatir el estrés y sus consecuencias en la mujer puede estar en realizar un trabajo “en equipo”: compartir responsabilidades con el esposo y los hijos, con un beneficio secundario para todo el grupo familiar, que descubre que pueden compartir cosas que antes eran sólo patrimonio femenino.
Esto implica compartir, delegar responsabilidades y desconectarse de las obligaciones, alejándose de los exigentes modelos establecidos.

La mujer, durante toda la historia de la humanidad, ha sido quizás el ser más maltratado. En ciertas regiones del mundo, hasta algunos animales son más “considerados” que ellas.
En el mundo occidental, las mujeres han tenido que imponer su condición de “seres humanos” con capacidades y aptitudes iguales y hasta superiores que la de los hombres. Han tenido que “luchar” para ser tomadas en cuenta y poder ocupar lugares y acceder a puestos que tradicionalmente eran reservados solo para hombres. Free Image Hosting at www.ImageShack.us
Esta situación por supuesto, ha convertido a la mujer en el “blanco” de muchas afecciones, cuyo origen principal es el estrés.
En el mundo empresarial y de los negocios, las mujeres no solo tienen que trabajar más duro que muchos hombres para alcanzar niveles superiores, sino que en muchos casos, se ven acosadas por alguien del sexo opuesto con “poder” dentro de la empresa, que quiere facilitarle las cosas.
Cuando alcanzan su ascenso o acceden al puesto que deseaban, tienen que enfrentar varios problemas más, como por ejemplo el que muchos “machos” no aceptan tener por jefe a una mujer y muchos jefes aun desconfían de la capacidad de las mujeres como ejecutivas. Image Hosted by ImageShack.us
Todas estas razones son suficientes para causar estrés perjudicial, Pero como si fueran insuficientes estas consideraciones, simultáneamente tienen que seguir “dirigiendo” la casa, cocinar, educar a los muchachos, atenderlos y sobre todo, mantener al marido “contento”. Su permanencia por largo tiempo en el trabajo, les crea un sentimiento de culpa al quedarles siempre la duda: “estaré cumpliendo adecuadamente mi papel de madre o de esposa”.
La cosa se complica aún más cuando hay problemas de “competencia profesional” con el marido o simplemente problemas sentimentales, porque él se siente abandonado.
Cuando se unen estos factores, el punto de ruptura emocional está muy cerca y comienzan a surgir una serie de síntomas que la hacen sentirse enferma, cuando lo que tiene la mayoría de las veces, es un grado de estrés inadecuado, es decir, mal manejado, DISTRESS. Image Hosted by ImageShack.us
La mujer moderna, sometida a las presiones laborales, profesionales, económicas, HORMONALES y familiares, es quizás el ser humano que más ayuda necesita y seguramente, el que más necesita una orientación para lograr la racionalización del sistema de vida que lleva.
Una solicitud de consejo a tiempo, puede prevenir muchos males emocionales y físicos causados por el estrés, complicaciones que pueden ser desde simples desarreglos hormonales hasta cáncer. El sistema inmunológico se ve afectado por un estrés prolongado y no controlado.
Descarte con el médico alguna afección orgánica, e inicie un tratamiento dirigido para combatir esas afecciones sicosomáticas producto del ESTRÉS.

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