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lunes, 10 de enero de 2011

10 DESAFIOS DE LA MADRE TRABAJADORA

Cómo compaginar vida laboral y familiar
  
Artículo publicado por el periódico chileno El Mercurio y recogido en la web Mujer Nueva y en la revista Alfa y Omega. Aporta diez claves imprescindibles para compaginar la vida laboral con la familiar.

Se añaden a este texto otros dos artículos, también de Mujer Nueva, en los que se valoran otros aspectos relacionados con el tema:




Construir un espacio para el desarrollo en pareja.

«¿Qué es ser una madre moderna?», se pregunta la psiquiatra Mónica Bruzzone. Ella la define como una mujer con una vida propia, en que la maternidad ha pasado a ser una más de sus múltiples facetas: de ser sólo madre y dueña de casa, ahora también es trabajadora y participante activa de una constante interacción con otros.

La primera etapa de la maternidad, sin embargo, demanda una madre a tiempo completo, y deja en un segundo plano el desarrollo laboral y también el afectivo. Aquí es donde aparece el primer desafío, según la especialista: retomar la importancia de la pareja en sacar adelante un proyecto de vida que han comenzado juntos. Debe aprender a cuidarla, «pero no en el sentido de tomarle la mano y no dejar que mire para el lado. Es pensar en la relación, ponerle cabeza. Preguntarse: ¿cuándo fue la última vez que estuvimos solos?, ¿qué cosas gratas hacemos? Lo mejor que le puede pasar a un niño es que sus padres sean una pareja estable».

Cómo construir este espacio, si los dos trabajan a jornada completa y su tiempo de convivencia se remite a las noches y los fines de semana, es una tarea difícil. «La mujer tiene que ser creativa. Yo les propongo una idea: cuando un hijo vaya a una fiesta, en vez de mandar a alguien a buscarlo a la salida, ¿por qué no hacen tiempo yendo al cine, o van a tomarse algo, y después pasan juntos a buscar al niño? Ése es un buen espacio para compartir. No tienen que ser planes grandiosos ni caros».

No realizar este ejercicio trae consecuencias a corto plazo: «Los hombres lo sienten, lo viven como un abandono. Y eso tiene que ver con dos piedras en los zapatos de las mujeres: la falta de tiempo y la deuda de estar todo el día fuera de la casa, una culpa que ellas sienten que pagan mucho más los hijos que la pareja. Pero la vida en pareja es tan importante como la de los hijos, porque todo en la vida es más fácil de a dos. Las mujeres que crían solas a sus hijos llevan una tremenda carga sobre sus hombros, que va mucho más allá de tener que mantenerlos», asegura Mónica Bruzzone.

Lograr comprometer a la familia en ser moderna

«No se puede ser mamá moderna en una familia no moderna», sentencia la psicóloga Isidora Mena. Ninguna mujer puede aspirar a cumplir bien su rol si su marido y sus hijos la demandan como si el 100% de su vida girara en torno a la casa y las labores domésticas. Por eso, el desafío de esta mujer «es hablar con su marido sobre cuál será la estructura familiar, ver quién hace qué cosa, que todos asuman responsabilidades. Es absolutamente equivocado tratar de ser una mamá moderna cuando el marido le pide que le sirva la comida y le traiga las pantuflas, porque entonces se va a producir una batalla campal. En vez de mamá moderna, ésa va ser una mamá estresada».

En este estancamiento, Isidora Mena achaca cierta responsabilidad a las propias mujeres, a quienes aún les falta trabajar con sus familias y con ellas mismas para cambiar el paradigma. «Esto no es llegar y cambiar el sistema. Las mujeres aún tenemos inmadurez en este punto: no hemos aprendido a delegar lo suficiente, tendemos a usar el mismo esquema con el marido e hijos que cuando no trabajábamos. Entonces trabajamos por dos, andamos estresadas, no usamos bien el tiempo y terminamos victimizándonos. La mujer tiene mucho poder en la casa, y si empieza a trabajar tiene que delegar ese poder, no sólo tenerlo ella».

Aprovechar bien el tiempo

Muchas mujeres sienten que el poco tiempo que les queda no pueden invertirlo en sus hijos, más aún si no tienen ayuda en las labores domésticas. Aflora en ellas el sentimiento de que no están ahí cuando las necesitan; que el reducido momento que comparten lo usan para regañarlos más que para afianzar la relación.

¿Cuánto tiempo debería dedicarse a los hijos? «Se sabe que entregarles mucho no es bueno, porque los satura y les coarta la autonomía», sostiene la psicóloga Isidora Mena. «Pero también la calidad de ese tiempo tiene que ver con la cantidad, y ésta, aunque varía según la edad del niño, nunca es el mínimo. Pero con las condiciones laborales de este país, eso es lo que al final se entrega».

Para lograr maximizarlo, hay que ocupar el tiempo en conocer profundamente al hijo. «No es que uno se ponga a escuchar la música que ellos escuchan, pero hay que saber de qué se trata. El acercamiento madre-hijo es un vínculo que se crea desde que se sale del posnatal y se vuelve a trabajar. Por eso, hay que preocuparse más de ellos el fin de semana, y menos de que todo esté limpio y perfecto», enfatiza Mónica Bruzzone.

Pero tampoco hay que caer en el error de convertir estos espacios en un momento de evasión de conflictos y endiosamiento del niño, herramienta que muchas madres ocupan para calmar la culpa que sienten. «Es inevitable que se produzcan roces: que Apaga la tele, que Lávate los dientes, que Estás castigado por no hacer las tareas... Eso no es una pérdida de tiempo, es precisamente parte de la educación, porque la frustración es necesaria para el desarrollo de los hijos: fortalece el yo, se aprende a postergar el deseo y a tolerar la incertidumbre».

Establecer costumbres dentro del hogar

Una forma de afianzar la relación filial y darse el tiempo para conocer a los hijos es establecer costumbres entre ambas partes. Una de las más importantes y recomendadas –sugiere la psiquiatra Mónica Bruzzone– es que todos cenen juntos, «aunque uno esté muy cansado o haya tenido un día fatal. Eso no importa. Se cena todos los días juntos y punto. Hay que tener una hora de cena en que todos se sienten, donde todos se enteren de lo que le pasó al otro durante el día. Debe ser una hora apropiada para que los niños se puedan acostar a una hora razonable». Reconoce también que es uno de los desafíos más difíciles de cumplir por parte de las mujeres. «Es mucho más fácil que la tata le dé de comer a los niños, los deje bañados y uno los vea acostados. Pero el coste emocional para ellos es tremendo».

Isidora Mena también recomienda tener rutinas de contacto durante el día, como llamarlos desde la oficina a una hora determinada para preguntarles cómo están, si necesitan algo, enviarles un beso, pero no para intentar solucionar los problemas a distancia. «No hay que llamar para que la tata o la abuela acuse al niño y ella tenga que regañarlo por teléfono. Eso se habla en la casa», puntualiza. En los niños más chicos, además, este contacto a distancia es indispensable. «Hay que hacerse presente, llamar hasta al más chico, aunque aún no sepa hablar, para que escuche la voz de la mamá. Con ellos no hay que perder el contacto, porque lo que no ven, no oyen o no tocan, para ellos no existe», advierte Mónica Bruzzone.

No delegar lo indelegable

«Parece obvio, pero no lo es. No se puede delegar la construcción de la relación madre e hijo, que pasa por hablar, por conocerlo, por saber qué es lo que le pasa, por enseñarle cosas, por contarle cosas de uno», dice Isidora Mena. Por eso, hay actos que la madre debe tratar de no postergarlos ni encomendárselos a otras personas.

El principal, según la especialista, es amamantar, y tratar de seguir haciéndolo aún después del período del postnatal. Pero también hay otras instancias, especialmente cuando los niños son pequeños, que hay que saber aprovechar para estrechar el vínculo. «El período de lactancia es muy importante para el apego de la madre y el hijo. Aunque la madre no pueda darle pecho, es importante que le dé el biberón, que lo acurruque, que le quite los gases, que lo haga dormir. Que eso no lo haga otra persona, porque es durante la primera infancia cuando se produce el principal vínculo de apego, de autoestima y de querer y respetar al otro. Cambiar al bebé se puede delegar, pero también conlleva otros gestos de cariño, como acariciarlo o limpiarlo, que son importantes que lo haga la madre y no otra persona».

No aspirar a la perfección

«Una madre que aspira a la perfección está perdida», dice Mónica Bruzzone, y acuña el término del psicoanalista y pediatra Donnald Winnicot para graficar cuál es el desafío de las madres modernas: «Aspirar a ser suficientemente buena, una mamá que no aspira a ser perfecta, que acepta sus limitaciones y se piensa a sí misma con su hijo. Es una madre que está disponible para él, pero no de forma incondicional, sino que es capaz de poner límites y decir: Ahora me toca a mí. Es una madre que tolera que el hijo se enfade con ella, que no le complace con todo. Por ejemplo, no les hace las tareas a sus hijos, sino que les enseña a organizarse y a que desarrollen su autonomía, y les ayuda en esa búsqueda. Pero si tienen una duda, tampoco les dicen: Pero si usted es inteligente, estudie, sino que les abren la mente».

La madre ideal existe sólo en los cuentos, y así lo entienden también los hijos. «Ellos buscan esencialmente sentir que su mamá se preocupa por ellos y los quiere. No importa que lo haga mal en aspectos formales. Sí que sea capaz de contener sus ansiedades», apunta Isidora Mena.

No abandonar a los hijos por el trabajo

Ambas especialistas coinciden en que una madre debe evaluar muy bien su salida del hogar, si lo hace por necesidad, por desarrollo personal o por una presión social detrás. También debe ser capaz de poner límites a su jornada laboral, de tal forma que ésta no termine absorbiéndola en perjuicio de su pareja e hijos. Isidora Mena ejemplifica: «Si una mujer trabaja sin límites para tener dos televisores en vez de uno, el riesgo de dejar abandonados a sus hijos es grande. Y si la madre les falla, el resultado puede ser terrible: los niños comienzan a reaccionar con rebeldía, se portan mal en casa, de tal forma que la madre no sabe cómo podrá seguir trabajando. También les va muy mal en el colegio. Todos esos son mensajes para decirle a la madre que vuelva a la casa».

Dejar atrás las culpas

Una gran parte de las mujeres, en mayor o menor grado, siente culpa por salir a trabajar, por no poder compartir a tiempo completo con sus hijos, por llegar cansada en la noche muchas veces, sin la paciencia ni el ánimo para atenderlos. El desafío, según las especialistas, no es acabar con la culpa, sino transformarla de persecutoria a reparatoria.

Explica Mónica Bruzzone: «La culpa persecutoria hace que la madre encuentre todo malo, que diga: Mi situación es terrible, dejé a los niños tirados, les pueden pasar cosas espantosas. Esa madre llega a la casa y los niños se convierten en su principal amenaza, porque le recuerdan la culpa. En cambio, si uno siente culpa reparatoria, igual se siente culpable, porque le habría gustado estar con los niños, pero no lo toma tan terrible, porque sabe que no los ha dejado botados, se preocupa desde que se tomen su leche todos los días hasta de formarles hábitos».

«Si sientes en el fondo de tu corazón que no tienes que trabajar, no lo hagas –agrega Isidora Mena–. Si uno se siente culpable es terrible, porque hace mil cosas para compensar: sobreprotege, regala cosas, y eso lleva a deteriorar la relación madre-hijo».

Desarrollar una vida propia

Uno de los desafíos clave para dejar de lado la culpa es, precisamente, algo que en muchas mujeres aumenta este sentimiento: darse un tiempo para sí misma. Un espacio que, según Mónica Bruzzone, es fundamental para la salud mental de la madre, y a la larga también de los hijos.

Que la madre pueda darse un momento de distensión le permite cambiar el switch y bajar la tensión que le produce su rol en el trabajo y con sus hijos, frente a los cuales siente que no puede mostrarse débil. «La mujer debe darse ese tiempo para desarrollar su lado lúdico, juntarse con las amigas a tomarse un café. No todos los días, pero sí por lo menos una vez al mes, y avisarle al marido para que llegue más temprano, o, si no existe marido, hablar con una hermana, una abuela, para que cuide a los niños. Lo importante es que no se prive de algo que también necesita».

Para la mujer es de vital importancia sentirse acogida dentro de un grupo de padres. «Para los niños ella tiene que ser grande, responsable, consecuente, eficiente, cariñosa, pero ¿cuándo es ella como una niña?, ¿en qué lugar se puede reír o contar todo lo que le pasa? Todo lo que es bueno para ella también es bueno para los hijos».

Reencantarse con la familia y consigo misma

No es que la mujer moderna se haya desencantado con la maternidad; sí lo ha hecho con las condiciones en que debe desarrollarla, en un contexto en que muchas veces no recibe apoyo del resto de los miembros de la familia, ni menos de la sociedad, donde las leyes laborales no favorecen ni estimulan un espacio para que la mujer pueda dedicarse al cuidado de los hijos.

Tanto Isidora Mena como Mónica Bruzzone coinciden en que, si hay alguien con quien se desencantan las madres, es con ellas mismas, porque sienten que no pueden cumplir con las expectativas que se han forjado. Como resultado –acota Isidora–, «les baja la autoestima, trabajan mal, deprimidas y enfadadas con ellas mismas. Sienten lata de ir al trabajo y muchas contradicciones internas».

Todo esto es producto de su ansiedad por la perfección. Por eso, más que aspirar a la familia perfecta, hay que reencantarse con lo que se ha logrado y con lo que aún se puede hacer en cada día. Mónica Bruzzone es muy clara cuando sentencia que el desencantamiento tiene como causa la intolerancia: «La maternidad por sí no desencanta; basta ver a las madres adolescentes –la situación, creo yo, donde la maternidad se da en condiciones más adversas–, que, si son contenidas y apoyadas por otras mujeres mayores, pueden llegar a ser muy felices. No es ser mamá ni la exigencia de la maternidad lo que cansa; es la exigencia de la perfección lo que hace que la mujer se desencante. Así, también puede ser un cacho la pareja, el trabajo... Todo es duro si pretendo que resulte perfecto».





Extracto de la conferencia La madre trabajadora: ¿doble carga, o realización personal?, en el Congreso La mujer: entre la familia y el trabajo,

Roma, 8 de marzo de 2002

Sin conocer opiniones de otras mujeres, escribí hace ya unos años sobre el síndrome de la mujer maravilla, que me aquejaba –y aqueja aún– a mí y a tantas otras. No quiere decir que lo logremos; simplemente quiere decir que lo sufrimos. Otros autores han dado a este fenómeno nombres similares, pero la figura es la misma: una mujer que va de fuerte, casi omnipotente, que trata de hacer todo bien y no siempre lo logra. La mujer ha transitado muchos caminos, ha superado muchos escollos, le quedan todavía muchos más, y con el fin de superar el prejuicio acerca de las capacidades femeninas surge un nuevo mito, el de la omnipotente mujer maravilla.

En realidad, si bien mucho se ha hablado de la riqueza de una vida variada y la importancia de la calidad sobre la cantidad de tiempo que se dedica a los hijos, es muy difícil compatibilizar los diferentes roles de la mujer profesional que quiere realizar una verdadera carrera. Y, parafraseando a Almodóvar, muchas están al borde de un ataque de nervios, o a punto de morir en el intento.

Una madre que trabaja dejará más libres a sus hijos y ellos crecerán más y mejor, pero es muy difícil lograr el equilibrio entre un desarrollo personal y profesional adecuado y un buen desempeño como madre.

He aquí algunos síntomas del síndrome de la mujer maravilla. Ella es:

- Perfeccionista, por lo que será la empleada perfecta, sin dejar por ello de ser una mujer hermosa, una buena hija, una buena esposa, una buena madre y una buena amiga de sus amigos.

- Es tan impaciente e irritable como el varón perfeccionista, pero, por desgracia, tiene menos tiempo y más tareas por las cuales irritarse.

- Compite con sus compañeros de trabajo, y también con otras madres y esposas.

l Proyecta dar una cena en su casa al día siguiente de la presentación de su informe trimestral a la junta directiva, pues no quiere restar prioridad a ninguno de los roles.

Todo esto, da como resultado un enorme estrés en la mujer maravilla, que tiene su vida montada sobre un esquema de gran esfuerzo y sobrecarga.

Estrategias

Son madres que, tal vez mucho más que otras y, como quizás diría un psicoanalista, por un mecanismo de culpa, tienen una mayor dedicación en calidad de tiempo a sus hijos y a su hogar. Debemos sumarle a ello el estilo que la mujer iberoamericana tiene en la relación con sus hijos y con sus varones en general, del cual, nuestra mujer maravilla no puede abstraerse, por ser un mandato cultural con el cual ha nacido y se ha criado. Así, luego de una agotadora jornada de trabajo y con una sonrisa, ayudará después de la cena a un hijo con la carpeta de plástico y dejará preparada para otro la guía escrita para que estudie matemáticas al día siguiente, antes de que ella llegue de otra –por qué no– agotadora jornada de trabajo. ¿Cómo lo hizo? Generalmente, restándole horas al sueño y a ella misma. Esto implica –necesariamente– una mayor cuota de estrés. ¿Alguien pudo hacerlo por ella? Seguramente sí, pero, según ella, nadie puede reemplazarla eficazmente.

La suma de los diferentes papeles descritos trae aparejado este nuevo fenómeno en la mujer, que hasta no hace mucho sólo se creía masculino. La mujer tratando de cumplir a la perfección todos los roles y que intenta ser la mujer maravilla sufre más estrés que el varón. Para los especialistas, la mujer, en su intento de repartirse entre su actividad profesional y sus funciones tradicionales, está sujeta a tres veces más estrés que el varón.

El estrés en la mujer puede tener como síntomas: fatiga, dolores erráticos en el cuerpo, trastornos de sueño, de alimentación, dificultad para concentrarse, sensación de agotamiento, tristeza, estado permanente de aceleración, ansiedad, desvalorización e infertilidad, entre otros.

Las estrategias para combatirlo suelen ser en equipo: compartir responsabilidades con el esposo y los hijos, con un beneficio secundario para todo el grupo familiar, que descubre que pueden compartir cosas que antes eran sólo patrimonio femenino. Esto implica compartir, delegar responsabilidades y desconectarse de las obligaciones, alejándose de modelos establecidos muy exigentes.

Una madre que trabaja no debe intentar copiar el propio modelo materno de cuando su madre no trabajaba fuera del hogar. Esto, que parece una observación obvia, no lo es cuando intentamos analizar en profundidad nuestros comportamientos. Muchas de nosotras intentamos hacer todo lo que ellas hacían, además de cumplir con las nuevas funciones.

¿Por qué síndrome? Porque, en general, la mujer que trabaja se propone hacer todo bien, y muchas veces mejor, que si tuviera a su cargo un solo papel. Y la única forma de resolver ese dilema es siendo la mujer maravilla.

Estos comentarios no abren un juicio sobre los varones, sino que sólo indican cómo funciona la distribución de roles en nuestra sociedad. La tendencia es a que, en las parejas más jóvenes y en las de clase trabajadora, el varón apoye mucho a la mujer en la crianza de los niños y en las tareas domésticas en general. En algunos casos, la tarea es compartida por igual. En el caso de las profesionales o ejecutivas esto es más difícil, simplemente porque el esposo está, también, muy ocupado. Pero no desesperemos, los jóvenes tienen otra idea sobre el rol de la mujer, es cierto que no todos, pero al menos algunos. Esto ya es mejor que cuando nosotros éramos de veinte, donde un varón compañero era una verdadera rareza.

Martha Alicia Alles
Mujer Nueva




Leyendo los diarios esta semana, me encontré un testimonio de una madre española que terminó siendo la motivación de este artículo. Decía: «Soy una mamá no productiva; bueno, en realidad debo ser no productiva por ser mamá. Mi marido me ha comentado lo de la famosa ayuda de los 100 euros a las mamás trabajadoras, y que sus compañeras con niños pequeños ya la habían solicitado; las mujeres sin hijos decían que por 100 euros no se iban a animar a tenerlos. Hace pocos días recibí de la Tesorería de la Seguridad Social una hoja con mi vida laboral, 6.680 días, más de 18 años, ¡ah, entonces sí que era productiva! En las últimas entrevistas de trabajo, al decir las edades de las dos niñas pequeñas, 18 meses y 3 meses, o al verme embarazada de esta última, casi se quedaban horrorizados, incluso se han permitido decirme que ya pararía, o que vaya patinazo. Una vez, dos días antes de firmar el contrato, fui a ver al jefe de personal para comunicarle que estaba embarazada; se quedó extrañadísimo de cómo podía haberme despistado y no controlado el tema. ¡Llevábamos un mes negociando el trabajo!, y en sólo un minuto pasé de ser la persona ideal para dirigir su oficina, a una persona no apta, sólo por estar embarazada. Ni qué decir tiene que ya no hubo trabajo».

Paradójicamente, según el Instituto Families and Work, de Nueva York, las compañías más exitosas en Estados Unidos son las que tienen la proporción más alta de mujeres empleadas y ocupando gerencias.

Para Carly Fiorina, la flamante ex directora de la Hewlett Parker, eso no es ninguna novedad. Ocupó, desde 1999 hasta hace unos meses, la dirección de la empresa y el primer lugar de una lista de los 50 directivos más poderosos del mundo de los negocios; la carrera de Fiorina parece ser la prueba de que, cuando tienen la oportunidad y el talento, las mujeres pueden llegar hasta donde quieran.

Pero si historias como la de la mujer de negocios más poderosa del mundo parecen ser excepción en un mercado laboral adverso para la mujer, como lo hace notar el testimonio citado, hay buenas noticias. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informa de que, en Iberoamérica, la desproporción de sueldos entre hombres y mujeres bajó de 32% a 22% en la última década. Y que en Estados Unidos y Europa la diferencia es inferior a 10 puntos porcentuales. Según especialistas, en 20 años no habrá ya diferencias. Algo notable, si consideramos que las barreras culturales contrarias a la entrada de la mujer en el mundo del trabajo comenzaron a caer hace relativamente poco tiempo. En un primer momento, las mujeres participaban en el mercado solamente como secretarias, telefonistas y enfermeras, para nombrar tres campos netamente femeninos. Hoy, ocupan ya puestos que antes eran considerados imposibles de ser ejercidos por mujeres, como la ingeniería y la alta tecnología. Ya se dice que no hay un complot machista en el mercado, que cuando ocupan la misma función y cuentan con un mismo currículum, las mujeres reciben el mismo sueldo que los hombres. Que lo que pasa es que, como están desde hace menos tiempo en el mercado de trabajo, es natural que las mujeres tengan un currículum menos cualificado y menos experiencia que su colegas varones.

Más claro que el agua

¿Es así de sencillo? No parece. En realidad, las mujeres siguen llevando la desventaja en los procesos de selección, no solamente por contar con menos experiencia laboral y un curriculum más pobre. Muchas empresas creen que la atención que tienen que dar a la casa, al marido y a los hijos podría ser un impedimento para desarrollar bien su trabajo. Nada más equivocado.

«El actual mercado de trabajo exige profesionales creativos y polivalentes, lo que es una de las principales características femeninas», afirma Simon Franco, uno de los más famosos consultores de negocios, Presidente de la TMP Wordwide para Iberoamérica. Y nos explica bien lo que significa el concepto de polivalente para él: «Desde muy temprano, las mujeres aprenden el arte de la versatilidad, acumulando funciones y ejerciendo al mismo tiempo los roles de hija, madre y esposa».

La economista Christina Larroudé confirma el hallazgo: investigó la vida de 51 mujeres de éxito en el mundo ejecutivo y concluyó que, para ascender profesionalmente, no hace falta imitar a los hombres: que lo que el mercado acoge y premia son justamente características bastante femeninas, como la capacidad de relacionarse con los demás, de sacar adelante al otro, de trabajar en equipo. Además, agrega otras cualidades de las mujeres ejecutivas: son más perseverantes, más perfeccionistas y más constantes. Incluso la inseguridad, que en principio podría ser uno de los puntos débiles de la mujer, le cosecha victorias en el trabajo, porque le hace ser menos impulsiva y contar con más información antes de tomar alguna decisión.

Pero, si es así, ¿por qué la maternidad sigue siendo considerada un obstáculo para la carrera profesional? Es interesante notar que una encuesta de la misma OIT descubre que, mientras el 95% de los ejecutivos son casados y tienen o pretenden tener hijos; la mitad de las mujeres que ocupan cargos de dirección no tienen hijos. Más claro que el agua.

El choque entre la maternidad y la carrera, además de ser real en el mercado de trabajo, parece que empieza a jugarse primero en la cabeza de la mujer. Hay estudios que afirman que la mujer se hace dos promesas que cree ser capaz de cumplir. La primera en la casa, queriendo que no se note que trabaja fuera. Y la segunda en el trabajo, haciendo creer al jefe que no habrá ningún cambio ahora que tiene hijos. Y, claro, no puede cumplir ninguna de las dos. Necesitará mucha ayuda en casa para que el tiempo que pasa fuera sea compensado de alguna manera. Y en el trabajo, tendrá que contar obviamente con unas condiciones que le faciliten la vida como madre y trabajadora.

Además, madre se es para toda la vida, no solamente durante el embarazo y el parto. Y la mujer, la empresa y los Gobiernos tienen que acordarse de ello si quieren que haya equilibrio entre el mundo laboral y la vida familiar.

El plan ideal de estudiar, hacer carrera, después casarse y aprovechar al máximo la vida a dos y al fin tener hijos, parecería perfecto si no fuese por un detalle: a esas alturas, la mujer pudo haber dejado atrás su mejor momento biológico para un embarazo. Y el hijo que colmaría su proyecto de vida no llegaría con tanta facilidad. Todavía queda una pregunta para la mujer: ¿vale la pena postergar la maternidad por una carrera profesional cuando las dos no son compatibles?

 

domingo, 9 de enero de 2011

MUJER DIRECTIVA

Según un estudio realizado por el Grupo Michael Page, actualmente sigue siendo más difícil para las mujeres acceder a un puesto directivo. A pesar de que la opinión pública y la sociedad en general creen que la mujer representa una parte muy importante en el mundo laboral, la realidad en España revela que todavía hay muchas diferencias.
A partir de los datos del sondeo se desprende que la paridad todavía queda muy lejos de la esfera directiva, aunque se observa una tendencia positiva. Un dato desalentador es que sólo el 4% de las empresas españolas tiene una representación femenina en puestos directivos de más del 60%. La encuesta, efectuada a través de un cuestionario electrónico con el fin de conocer las directrices del mercado laboral y los recursos humanos desde una perspectiva de género, también muestra que el 36% de los especialistas en RRHH asegura que la mujer aún representa menos del 10% de los puestos directivos de su empresa. El dato más desalentador es que para el 14% de las empresas consultadas, las mujeres no tienen representación alguna en la cúpula directiva. Sin embargo, cabe observar entre los datos obtenidos en el estudio que la  mayoría de los encargados de seleccionar perfiles para cubrir un puesto de trabajo, considera que el sexo del candidato no es importante.
Igualdad por Ley
A pesar de la Ley de Igualdad, que se puso en marcha en Marzo de 2007, la situación de las mujeres en las empresas no ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Dicha norma, que tiene como objetivo alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres, además de la eliminación de toda discriminación por razón de sexo, ha intentado desde sus comienzos proyectar su influencia sobre todos los ámbitos de la vida política, laboral, civil, económica, social, cultural y artística. En el ámbito laboral, sin embargo, aún no se han alcanzado las cuotas requeridas para poder hablar de igualdad. Las cifras de mujeres que alcanzan puestos directivos siguen resultando poco representativas. De hecho, casi el 50% de los responsables de RRHH consultados en el sondeo afirma que las mujeres directivas en sus empresas no llegan a representar ni el 9% del total.  
Dadas las diferencias que aún existen entre el acceso de los hombres y las mujeres a los altos cargos empresariales, la Ley de Igualdad ha concentrado sus disposiciones en el ámbito laboral en temas como la conciliación, la protección de la maternidad y en una representación equilibrada de ambos sexos en la composición de los órganos y cargos de responsabilidad de todos los poderes públicos, en los consejos de administración de las empresas y en la normativa del régimen electoral.
De hecho, una de las medidas más importantes que deben poner en marcha los propios agentes sociales (empresas y sindicatos) para alcanzar la igualdad, es la promesa de llegar a la paridad en los Consejos de Administración en el plazo de 8 años.
Según los expertos, a la luz de los datos extraídos en la encuesta, el perfil profesional de la mujer ha evolucionado mucho y cada vez son más las que ocupan puestos de responsabilidad. Sin embargo, los procesos de igualdad tienen aún un largo camino por recorrer en muchas empresas españolas.


http://www.mujeresdirectivas.es/

Aunque de momento sólo ocupan el 2% de los puestos directivos, la presencia de las mujeres en los puestos de poder está dejando huella, revolucionando los modelos de liderazgo y rompiendo las maneras de gestionar tanto a las organizaciones como a las personas.
Se acabaron los argumentos basados en el “porque mando yo”, las decisiones por decreto, las puertas cerradas de despachos inaccesibles como bunqueres, las reuniones-monólogo del jefe, la ausencia del turno de palabra y los directores distantes que no conocen el nombre del becario. Sólo tienes que echarle una ojeada a las cualidades que hoy en día se demandan en las ofertas laborales para puestos directivos. “Buena comunicación, habilidades de relación, capacidad para manejar el estrés, gestión del tiempo, motivación de equipos, innovación y creatividad”. ¿Y quiénes están especialmente dotadas desde hace siglos para estas habilidades, hoy en día tan valoradas por los departamentos de recursos humanos? Las féminas, evidentemente.
El incremento del número de mujeres profesionales ha influido en las características del perfil directivo ideal, que toma en consideración las cualidades típicamente femeninas.

¿En qué consiste el estilo de dirección femenino?

Atrás quedaron los tiempos en que las mujeres adoptaban un modelo de dirección masculino para lograr ser aceptadas y romper con el estereotipo de blandas. Hoy en día no sólo enarbolan su género por bandera a la hora de dirigir una empresa, sino que lo hacen conscientes de que el estilo femenino aporta beneficios a la empresa.
  • Si el estilo masculino está enfocado a la tarea, el estilo femenino se caracteriza por un centrarse en la persona
  • Es abierto, flexible, fomenta la COMUNICACIÓN y la relación interpersonal.
  • La afiliación y el vínculo favorecen la integración y la implicación.
  • La emotividad, la vulnerabilidad, la empatía contribuye a un buen clima laboral.
  • Las mujeres son más receptivas y participativas: piden opinión e invitan a participar en las decisiones a los miembros de su equipo.
  • Prefieren la cooperación a la competición y la comparación.
  • Suelen trabajar en red, en vez de recurrir a estructuras jerárquicas. Así lo vive Elena, directora financiera de una empresa de más de 1.500 trabajadores: “jamás encargo un trabajo sin explicar el motivo o recurriendo al “aquí se hace esto porque yo lo mando” sino que procuro mostrar a todo el mundo que el trabajo es una cadena y cada persona es un eslabón. Si tú no haces bien tu trabajo, o no lo haces en el tiempo previsto estás perjudicando al resto de compañeros de la cadena que dependen de ti. Se trata de demostrar a cada uno que su labor es fundamental y de que asuma su responsabilidad”.
  • Por sus múltiples funciones de compatibilizar hogar, hijos y trabajo, las féminas han desarrollado una extraordinaria capacidad para hacer varias tareas a la vez y dar unos resultados eficientes.
  • Como reconoce Elena: “hacer malabarismos con el horario para llegar a todo también nos ha convertido en excelentes gestoras del tiempo”.

Puntos débiles

Pero como nadie es perfecto, las mujeres directivas suelen contar en su contra con algunos handicaps como no saber decir “no”, las dificultades para delegar, y sobretodo la falta de confianza, una cualidad clave para el éxito de un directivo. Para lograr motivar a un equipo, hay que transmitir seguridad y lograr que crean en su líder, ¿cómo convencer a los demás para que se impliquen y confíen en alguien que no confía en sí misma?

Mujeres en la dirección, claves para el éxito económico

La sociedad no debe perderse lo que las mujeres aportan como valor a las empresas. Y es que el acceso de las féminas a los lugares de poder no sólo las beneficia a ellas sino también a la organización, y ya no sólo en términos de clima laboral. Las empresas que promocionan a las mujeres a los puestos directivos de responsabilidad obtienen mejores resultados económicos. Esta es la conclusión de una investigación llevada a cabo en una escuela de negocios de Estados Unidos que ha estudiado los resultados de las 1.500 empresas estadounidenses más importantes. A parecer, la explicación de los óptimos resultados que obtienen las organizaciones que cuentan con más mujeres en los puestos directivos se debe al estilo de dirección femenino, concretamente a su capacidad para gestionar las relaciones interpersonales dentro de una empresa así como para fomentar la participación de los trabajadores y trabajadoras.

Otras investigaciones han puesto de manifiesto que contar con un equipo directivo con presencia femenina proporciona diversidad de perspectivas, experiencias vitales y capacidad de resolver problemas, factores que contribuyen al éxito económico de una empresa. Y es que la sociedad está formada por hombres y mujeres, y por lo tanto, es evidente que los equipos mixtos tomarán decisiones más equilibradas y de mayor calidad.

ESTRES EN LA MUJER

Constantemente se nos advierte de los peligros potenciales del estrés. Somos conscientes de que existe y de que se trata de algo serio, pero no lo conocemos bastante. El conocimiento que tenemos del estrés es insuficiente porque normalmente está centrado en los hombres y en sus actividades. Pero no olvidemos que las mujeres viven en el mismo mundo que los hombres presentando una respuesta del sistema nervioso a los acontecimientos o a las situaciones que perciben como amenazas. También ellas han de soportar los miedos, frustraciones, necesidades, preocupaciones, tensiones laborales, y desengaños amorosos.

También a ellas les preocupan los hijos, la familia, la crisis económica y les desconcierta el presente y el futuro. Han de relacionarse con un jefe, compañeros de trabajo, esposo, familia, clientes, vecindario, etc.
Trastornos que no son específicos de la mujer, pero que les afectan con mayor frecuencia que a los hombres, están los siguientes: Anorexia, Bulimia, Neurosis de ansiedad, Psicosis depresiva.
Debido al estrés, las mujeres pierden a veces el interés por la comida, por las relaciones sexuales o por los amigos, exactamente igual que los hombres.
Pero además, las mujeres experimentan algunas formas de estrés que les son totalmente propias.
El síndrome de la “mujer maravilla”
Una mujer “espectacular”, que trata de hacer todo bien y no siempre lo logra. Se encuentra diariamente al borde de un ataque de nervios o a punto de morir en el intento de hacerlo todo. El nuevo papel que desempeña exige mucho. “Tener la belleza de miss universo, la energía de un gladiador, y la inteligencia de Einstein, para afrontar las múltiples ocupaciones y problemas del diario vivir. Esto implica una alta generación de estrés.
Por lo general es perfeccionista, por lo que será la empleada perfecta, sin dejar por ello de ser una mujer hermosa, una buena hija, una buena esposa, una buena madre y una buena amiga. La suma de los diferentes roles descritos trae aparejado este nuevo fenómeno en la mujer, que hasta no hace mucho, sólo se creía masculino. La mujer tratando de cumplir a la perfección todos los roles y que intenta ser la mujer maravilla sufre más estrés que el hombre.
Las estrategias para combatir el estrés y sus consecuencias en la mujer puede estar en realizar un trabajo “en equipo”: compartir responsabilidades con el esposo y los hijos, con un beneficio secundario para todo el grupo familiar, que descubre que pueden compartir cosas que antes eran sólo patrimonio femenino.
Esto implica compartir, delegar responsabilidades y desconectarse de las obligaciones, alejándose de los exigentes modelos establecidos.

La mujer, durante toda la historia de la humanidad, ha sido quizás el ser más maltratado. En ciertas regiones del mundo, hasta algunos animales son más “considerados” que ellas.
En el mundo occidental, las mujeres han tenido que imponer su condición de “seres humanos” con capacidades y aptitudes iguales y hasta superiores que la de los hombres. Han tenido que “luchar” para ser tomadas en cuenta y poder ocupar lugares y acceder a puestos que tradicionalmente eran reservados solo para hombres. Free Image Hosting at www.ImageShack.us
Esta situación por supuesto, ha convertido a la mujer en el “blanco” de muchas afecciones, cuyo origen principal es el estrés.
En el mundo empresarial y de los negocios, las mujeres no solo tienen que trabajar más duro que muchos hombres para alcanzar niveles superiores, sino que en muchos casos, se ven acosadas por alguien del sexo opuesto con “poder” dentro de la empresa, que quiere facilitarle las cosas.
Cuando alcanzan su ascenso o acceden al puesto que deseaban, tienen que enfrentar varios problemas más, como por ejemplo el que muchos “machos” no aceptan tener por jefe a una mujer y muchos jefes aun desconfían de la capacidad de las mujeres como ejecutivas. Image Hosted by ImageShack.us
Todas estas razones son suficientes para causar estrés perjudicial, Pero como si fueran insuficientes estas consideraciones, simultáneamente tienen que seguir “dirigiendo” la casa, cocinar, educar a los muchachos, atenderlos y sobre todo, mantener al marido “contento”. Su permanencia por largo tiempo en el trabajo, les crea un sentimiento de culpa al quedarles siempre la duda: “estaré cumpliendo adecuadamente mi papel de madre o de esposa”.
La cosa se complica aún más cuando hay problemas de “competencia profesional” con el marido o simplemente problemas sentimentales, porque él se siente abandonado.
Cuando se unen estos factores, el punto de ruptura emocional está muy cerca y comienzan a surgir una serie de síntomas que la hacen sentirse enferma, cuando lo que tiene la mayoría de las veces, es un grado de estrés inadecuado, es decir, mal manejado, DISTRESS. Image Hosted by ImageShack.us
La mujer moderna, sometida a las presiones laborales, profesionales, económicas, HORMONALES y familiares, es quizás el ser humano que más ayuda necesita y seguramente, el que más necesita una orientación para lograr la racionalización del sistema de vida que lleva.
Una solicitud de consejo a tiempo, puede prevenir muchos males emocionales y físicos causados por el estrés, complicaciones que pueden ser desde simples desarreglos hormonales hasta cáncer. El sistema inmunológico se ve afectado por un estrés prolongado y no controlado.
Descarte con el médico alguna afección orgánica, e inicie un tratamiento dirigido para combatir esas afecciones sicosomáticas producto del ESTRÉS.

sábado, 8 de enero de 2011

MUJERES QUE HAN MARCADO HISTORIA

A lo largo de la historia han sido muchas las mujeres que se han intentado hacer un hueco en un mundo de hombres. Las costumbres con el paso de los años fueron cambiadas gracias a muchas de ellas (también gracias a algún hombre), para poco a poco irse acercando a la sociedad que conocemos a día de hoy, que si bien es cierto que aún hay mucho que avanzar, ya se ha ganado mucho terreno.
Por ello, queríamos recoger aquí a 15 mujeres que de un modo u otro han marcado la historia. No están presente todas las mujeres más relevantes de la historia, ya que de ser así habría quedado una lista demasiado grande como para introducirla aquí, por lo que hemos hecho una selección, teniendo que dejar fuera a gente de la importancia de Isabel Martínez de Perón, la Reina Victoria, Indira Gandhi, Valentina Tereshkova, Santa Teresa de Ávila, Coco Chanel o Emily Dickinson.
La lista está ordenada por orden cronológico de nacimiento de cada uno de los personajes, sin estar acorde ningún tipo de ranking o clasificación.

1. Cleopatra VII (69-30 a.C.)

Cleopatra fue la última reina del Antiguo Egipto. Llegó al trono en el año 51 a.C. cuando tan sólo contaba con 18 años de edad, junto a su hermano Ptolomeo XIII. A su llegada al trono, se vio obligada a defender Egipto luchando contra la expansión del Imperio Romano. Para ello, mantuvo una estrecha relación con dos de los mayores líderes del imperio, Marco Antonio y Julio César. Pese a que muchas veces estas historias se toman como románticas, en realidad sólo fueron unas alianzas políticas deseadas por Cleopatra para poder mantener a Egipto fuera del gran imperio.
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2. Boudica (Siglo I)

Después de la invasión del año 43, Inglaterra pasó a ser territorio del gran Imperio Romano, pero Boudica fue la mujer que consiguió organizar a todas las tribus británicas y vecinas para que se levantaran en contra de la opresión, manteniendo una dura lucha a lo largo entre los años 60 y 61 contra el imperio entonces dirigido por Nerón.
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3. Juana de Arco (1412-1431)

Más allá de todo el misticismo que rodea a la patrona de Francia, Juana de Arco pasó a la historia por que a la edad de 17 años convenció al rey Carlos VII de expulsar a los ingleses de Francia. De tal modo que lideró la una revuelta francesa contra la ocupación inglesa durante la guerra de los cien años, ganando en varios enfrentamientos entre los que destaca la batalla de Orleans. Juana, tras ser capturada por los ingleses, fue entregada al clero, quién la juzgó por herejía condenándola a la hoguera.
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4. Catalina la Grande (1729-1796)

Catalina la Grande ha pasado a la historia por ser uno de los mejores políticos del siglo XVII. Reinó como emperatriz de Rusia durante 34 años, desde los 33 años de edad hasta su muerte, jugando un papel muy importante en el desarrollo de los pilares de Rusia como nación. Gracias a todas sus medidas y reformas convirtió a Rusia en uno de los países dominantes de Europa, mejorando no sólo en el campo político si no también potenciando el arte y la literatura.
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5. Mary Wollstonecraft (1759-1797)

Mary Wollstonecraft fue una escritora y filósofa inglesa que pasó a la historia por su libro titulado “Reivindicación de los derechos de la mujer”, en el cual argumenta que las mujeres no son inferiores por naturaleza, si no que es la falta de medios y el no acceso a una educación apropiada lo que genera esa diferencia. Del mismo modo, fue la primera mujer en sugerir abiertamente que hombres y mujeres debían ser tratados como seres racionales e iguales, estableciendo un único orden social basado en la razón.
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6. Jane Austen (1775-1817)

Jane Austen es una escritora inglesa que supo impregnar sus novelas de comicidad e ironía, consiguiendo dotar a sus novelas y poemas de un carácter clásico. Si bien su obra se suele catalogar de conservadora, son muchos los círculos que apuntan que gran parte de sus escritos son la novelización del pensamiento de Mary Wollstonecraft sobre la educación de la mujer. Debido a las dificultades de la época, Jane Austen tuvo que escribir sus primeros libros de forma anónima, provocando que su prematura muerte le impidiera disfrutar del gran reconocimiento póstumo de su obra, que consiguió allanar el camino para futuras escritoras.
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7. Ada Lovelace (1815-1852)

Ada Augusta, hija legítima del poeta inglés Lord Byron, es conocida por ser pionera en el campo de la programación y computación gracias a sus escritos sobre la manipulación de los símbolos, de acuerdo a las normas para una máquina de Charles Babbage (máquina que aún no había sido construída). Fue también la única capaz de prever que la capacidad de las computadoras podría ir más allá de los cálculos numéricos, mientras que otros muchos, incluido el propio Babbage, se centraron únicamente en esas capacidades.
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8. Susan B. Anthony (1820-1906)

Susan B. Anthony fue una líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles de los trabajadores, jugando también un papel esencial en la lucha por los derechos de la mujer. A lo largo de su vida, viajó a través de Estados Unidos y Europa dando cerca de 4.000 discursos a lo largo de 45 años a favor de la necesidad y derecho del voto de la mujer. No fue hasta 14 años después de su muerte que el sufragio femenino llegase a su país natal.
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9. Florence Nightingale (1820-1910)

Florence Nightingale, tras servir en la Guerra de Crimea como asistente de guerra, se convirtió en una de las pioneras de la enfermería moderna, así como la creadora del primer modelo conceptual de enfermería, que defendía la necesidad de un entorno saludable para la mejora de los pacientes. Del mismo modo, fue la primera mujer en ser admitida en la Royal Statistical Society inglesa gracias a sus conocimientos matemáticos que la llevaron a hacer grandes avances en epidemiología y estadística sanitaria.
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10. Marie Curie (1867-1934)

Marie Curie, también conocida como Marja Sklodowska-Curie, fue una química y física polaca pionera en el campo de la radiactividad. Pasó a la historia por ser la primera persona en recibir dos premios Nobel, el primero de física junto a su marido Pierre en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel y el segundo de química en reconocimiento de sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento. También fue la primera mujer en convertirse en profesora de la universidad de París.
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11. Helen Keller (1880-1968)

Hellen Keller con tan sólo 19 meses se quedó sorda y ciega. Más allá de avocar su vida al fracaso, este hecho marcó el comienzo de una vida de superación. Gracias a la institutriz Anne Sullivan aprendió a comunicarse, y gracias a ello pudo optar a una educación digna, incluso llegándose a graduarse con honores en Arte en la universidad de Radcliffe, siendo la primera persona ciega y sorda en obtener un título universitario.
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12. Frida Kahlo (1907-1954)

Frida Kahlo fue una pintora mexicana cuya vida estuvo marcada por el sufrimiento físico que comenzó con la poliomielitis que contrajo en 1913 y continuó con diversas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones. Sobreponiéndose a la adversidad y gracias a su fuerte personalidad comenzó a pintar en 1926, consiguiendo en tan sólo 15 años el reconocimiento mundial de su obra, con un particular estilo que combinaba su México natal con fuertes influencias de pintores europeos.
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13. Simone de Beauvoir (1908-1986)

Simone de Beauvoir fue una filósofa y novelista francesa que a lo largo de su vida escribió varias novelas y ensayos sobre temas filosóficos, políticos y sociales. Sus primeros escritos trataban los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad, ideas que compartía con su compañero Jean-Paul Sartre, pero obras posteriores como “El Segundo Sexo” la sitúan como una de las fundadoras de los movimientos feministas por la igualdad.
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14. Khertek Anchimaa-Toka (1912-2008)

Khertek Anchimaa-Toka pese a haber nacido en una familia humilde y analfabeta, aprendió a leer y llevó a cabo la completa alfabetización de su kozhuun natal. Debido a su éxito, fue admitida en la Universidad Comunista del Este de Moscú. Una vez graduada volvió a la República Popular de Tannu Tuvá, su país natal, y en tan sólo cinco años obtuvo la presidencia del congreso de su país, siendo la primera mujer en conseguir un puesto similar en todo el mundo. Tras el final de su mandato y la finalización de la Segunda Guerra Mundial, Khertek Anchimaa-Toka tuvo un papel esencial en la anexión de la República de Tuvá en la U.R.S.S.
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15. Benazir Bhutto (1953-2007)

Benazir fue una política que dirigió el partido de centro-izquierda pakistaní afiliado a la Internacional Socialista, el Partido Popular de Pakistán. Pasó a la historia por ser la primera mujer que ocupó el cargo de Primer Ministro en un país musulmán, habiendo dirigido Pakistán durante dos legislaturas, de 1988 a 1990 y de 1993 a 1996. En ambas ocasiones fue destituida por acusaciones de corrupción, que en 2007 fueron eliminadas. Fue asesinada a su vuelta a Pakistán en 2007, luchado por reinstaurar la democracia en su país.
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HISTORIA EVOLUCION DE LA MUJER

http://www.iesparquedelisboa.org/alumnos2001/index.html

http://www.scribd.com/doc/274204/La-mujer-en-el-siglo-XX

viernes, 7 de enero de 2011

DESPUES DE 6 AÑOS, CELINE DION NOS PRESENTA A SUS MELLLIZOS: "BEBE A" Y "BEBE B"

El milagro se ha producido. Después de seis años intentando volver a ser mamá de nuevo, Celine Dion presenta orgullosa a sus dos mellizos en la portada de su revista de cabecera: la edición canadiense de ‘¡Hola!’ La artista y su marido, que llevan juntos desde 1987 y tienen una diferencia de edad de 26 años, aseguran en la publicación que el camino para concebirlos ha sido largo y tortuoso.
Los bebés se llaman Nelson y Eddy aunque según declara Celine en casa los llaman “Bebé A” y “Bebé B”. Claro que también dice que no son idénticos. La elección de los nombres también tiene su propia historia. Nelson, según cuenta la propia Celine, se llama así por el mandatario sudafricano Nelson Mandela. “Fuimos a Sudáfrica con la última gira y conocerlo fue tan impactante que decidimos ponerle su nombre a nuestro hijo”. Por otra parte, el otro churumbel debe su nombre a Eddy Marnay, letrista que ha trabajado con Dion en sus álbumes en francés y que también ha colaborado con otras divas de la vieja escuela como Barbra Streisand y Edith Piaf.
Bebés de seis años
Éste es el segundo embarazo in vitro de la cantante de Titanic. “Estos niños tienen seis años de edad”, asegura orgullosa la cantante. “Lo intentamos en cinco ocasiones y en el sexto intento funcionó. Y hemos sido bendecidos por duplicado”, comenta orgullosa Dion. Según el testimonio de la cantante venían tres niños de camino pero uno de ellos no sobrevivió. “Los médicos me dijeron que si algo iba mal la naturalecza seguría su curso”, declara.
La oscarizada cantante y su marido y manager, Rene Angelil, se conocieron en 1980 cuando ella tenía 12 años y él 38 después de que la madre de ella le mandase una cinta con una canción. La relación comenzó en 1987 y se casaron en 1994 en la Basílica de Notre Dame de Montreal. En el año 2001 tuvieron a su primer hijo, Rene-Charles, que también fue concebido “in vitro”
Otras famosas con problemas para concebir
Celine no es la única celebrity que ha tenido que ayudarse de los avances de la ciencia para poder tener descendencia. Son muchas las famosas que, por problemas de fertilidad, ha tenido hijos a través de la fecundación ‘in vitro’. Marcia Cross también dio a luz gemelos después de una fertilización de estas características. “Es carísimo y necesitas muchos intentos”, aseguró la actriz. Courtney Cox y David Arquette también lucharon contra la infertilidad y tuvieron problemas con la in vitro. Finalmente tuvieron una niña monísima llamada Coco.
Y en España Jaqueline de la Vega consiguió quedarse embarazada de esta manera después de siete abortos. La modelo Paloma Lago y su ex marido, Javier Pareja Obregón, también tuvieron un bebé de esta forma.

HACE 14 AÑOS NACIA EN MURCIA EL PRIMER NIÑO CONCEBIDO IN VITRO

Imfer fue pionero en la Región en el uso de técnicas de reproducción asistida.